Aquí quiero traer al reciente galardonado psicólogo estadounidense Howard Gardner, al que se le otorgó el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2011. Al hacerse público el premio, se hizo en estos términos: "En reconocimiento a su compromiso social y ético con la mejora del sistema educativo, su apuesta por la excelencia y su relevante proyección internacional".
Según Howard Gardner "no hay una sola forma de inteligencia. Todos los seres humanos tenemos una serie de capacidades cognitivas relativamente autónomas que constituyen, cada una, una inteligencia distinta. Sí: podemos ser un fracaso académico, pero brillantes en los negocios; artistas destacados, pero negados para el baile o los deportes. Y lo que es más importante, un tipo de inteligencia no es mejor que otras. Tampoco son talentos innatos ni inamovibles, sino que pueden cultivarse."
Al agradecer mediante un comunicado la tal distinción dijo: "Me siento humildemente emocionado. Aunque he tenido formación principalmente en psicología, siempre me consideré un científico social, siento que gran parte del mejor trabajo sobre la sociedad y la naturaleza humana se nutre de un abanico de disciplinas sociales."
Howard Gardner nació en 1943 y en 1971 se Doctoró en Psicología Social, por la Universidad de Harvard, actualmente es titular de la Cátedra de Cognición y Educación, de la Escuela Superior de Educación de la Universidad de Harvard, donde también ejerce como profesor adjunto de Psicología.
Desde 1972, es codirector y presidente del comité gestor del Proyecto Zero (junto con el filósofo Nelson Goodman), un grupo de investigación de la Universidad de Harvard que estudia los procesos de aprendizaje de niños y adultos, desde el que viene cuestionando los sistemas de educación que sobrevaloran la memorización y las virtudes académicas por sobre otras capacidades (o inteligencias) de los individuos.
Es autor de 25 libros, traducidos a 28 idiomas, y de alrededor de 450 artículos científicos. Esta en posesión de 26 doctorados honoris causa de universidades de Estados Unidos, Bulgaria, Chile, Grecia, Israel, Irlanda, Italia y Corea del Sur, así como es miembro de honor de numerosas instituciones académicas. Ha recibido múltiples premios y tanto en 2005 como en 2008 fue elegido como "Uno de los 100 intelectuales más influyentes del mundo" por la revista Foreign Policy y Prospect.
Después de enumerar algunos de los tantos trabajos, premios y reconocimientos, te preguntarás cuál es su pensamiento, en que consiste su Teoría de las inteligencias múltiples, pues bien, para detallar porque se le entrega el premio la fundación dice:
"Su campo de investigación se ha dirigido al análisis de las capacidades cognitivas del ser humano, donde ha desarrollado su teoría de las inteligencias múltiples, que supone un cambio significativo en el modelo educativo. Gardner sostiene que no existe una inteligencia única, sino que cada individuo posee al menos ocho habilidades cognitivas: inteligencia lingüística, lógico-matemática, cinético-corporal, musical, espacial, naturalista, interpersonal e intrapersonal. Considera, además, que estas inteligencias carecen de valor intrínseco y que el comportamiento de cada individuo en sociedad, haciendo uso de su inteligencia, constituye una cuestión moral fundamental."
Para conocer su trabajo que mejor que colegas de Howard Gardner, lo describan.
"Ser inteligente es tener flexibilidad para mirar un problema y ver una posibilidad nueva, una salida no pensada para enfrentarlo -explica el doctor Facundo Manes, director del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) y del Centro de Neurociencias de la Fundación Favaloro-. En 1904, el psicólogo inglés Charles Spearman desarrolló la noción del Factor G, que definió como una capacidad intelectual general que subyace a todas las capacidades cognitivas. En 1916, Godfrey Thomson propuso que la inteligencia es una colección de habilidades necesarias para completar la mayoría de las tareas intelectuales.
Howard Gardner instaló, en 1983, el concepto de «inteligencias múltiples» para subrayar que las personas tienen diferentes talentos y que éstos a su vez impactan en cómo aprendemos. Esa fue su gran contribución: ampliar el concepto de inteligencia.
Hoy existe la noción de que ésta incluye habilidades en el campo de lo emocional, de las motivaciones, de la capacidad para relacionarnos con otras personas en situaciones complejas y diversas... El consenso es que estas habilidades, que antes no se consideraban parte de la inteligencia, potenciarían el desarrollo intelectual al cooperar en la tarea diaria de enfrentar situaciones complejas y encontrar soluciones novedosas."
Manes también subraya que las pruebas que evalúan la inteligencia fueron desarrolladas por una necesidad clínica práctica y demostraron ser útiles en muchas ocasiones, pero no en todas. Por eso, sus resultados pueden conducir a conclusiones erróneas.
"Ha habido una utilización política de la ciencia a lo largo de la historia que llevó a rotular como más o menos inteligentes a determinadas etnias, migrantes o grupos sociales -aclara-. Esto no sólo es inmoral, sino falso en términos científicos. Por eso es importante subrayar que la ciencia no cuenta hoy con herramientas para medir la inteligencia en toda su extensión y complejidad. ¿Cómo asignar un coeficiente al humor, a la ironía y, aún más, a la diversificada y plástica capacidad del ser humano para responder de manera creativa a los desafíos que la sociedad y la naturaleza le plantean?"
Dice Antonio Battro, psicólogo y miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias y ex profesor visitante de la Universidad de Harvard:
"Conocí a Howard Gardner en Harvard en 1986, gracias a la beca Eisenhower. Ya para entonces era considerado uno de los profesores más brillantes de psicología de la nueva generación y era conocido en todo el mundo. Desde entonces nos hemos visto casi todos los años en diferentes lugares del mundo y en diversas circunstancias y hemos cultivado una verdadera amistad, también con su querida mujer, Ellen Winner, distinguida psicóloga, experta en el estudio del talento excepcional en las artes."
Para Battro, lo más importante del trabajo científico y del mensaje como educador de Gardner es su compromiso con el desarrollo de la potencialidad del ser humano, "de todos los seres humanos sin distinción, en todas sus dimensiones, éticas, estéticas y epistemológicas, en el reconocimiento de la multiplicidad de talentos y capacidades en las diferentes etapas de la vida".
"Para Gardner -explica- la inteligencia no se puede medir por un simple «coeficiente intelectual»: hay muchas inteligencias, cada una con sus propiedades específicas, y todas ellas integradas en un perfil individual que es siempre dinámico, y suficientemente plástico para evolucionar y progresar en sociedad."
Como reflexión final digo que todos los avances científicos me deslumbran, no tanto por los nuevos hallazgos, que en algunos casos me resultan extravagantes pensarlos, como la existencia de más de las tres dimensiones, sino por la osadía de quienes se atreven a desafiar el pensamiento reinante, poner en cuestión algo, encarar la tarea de interrogarse, dedicando casi siempre toda su vida a encontrar la o las respuestas a esos interrogantes.
Conforme esta entrada a partir de un artículo de Nora Bär en el diario La Nación (Argentina) y consultando la página de la Fundación Príncipe de Asturias.
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