Retomando los temas de las últimas entradas digo, una idea es el primer y más obvio de los actos del entendimiento, ya que se limita al simple conocimiento de algo. Se trata de una imagen o representación mental de un objeto. La idea es también el conocimiento puro y racional, debido a las naturales condiciones de nuestro entendimiento, y es la intención de hacer algo.
Según la Real Academia Española la creencia es el firme asentimiento y conformidad con algo. La creencia es la idea que se considera verdadera y a la que se da completo crédito como cierta. Puede considerarse que una creencia es un paradigma que se basa en la fe, ya que no existe demostración absoluta, fundamento racional o justificación empírica que lo compruebe.
Históricamente, los individuos se han congregado y agrupado alrededor de un conjunto de creencias, idealizando muchas veces a estas, compartiéndolas y construyendo de esta manera lo que se dice un entramado cultural y social, que será aquello que los identifica y les imprimirá una identidad. Cuando las creencias son generalizadas, establecen lo que se llama dogma, y definen así la moral necesaria para poder pertenecer o no, a ese grupo que defiende un tipo de creencias.
La fuente o lo que da origen a una creencia puede darse de dos maneras, externa, cuando el origen son explicaciones dadas por la gente para comprender determinados fenómenos o bien internas, cuando surgen de las propias convicciones o pensamientos de una persona.
Y se podría decir que hay tres tipos de creencias: las opiniones, sometidas a criterios racionales, los cuales justificarán su verdad o no, las ideologías, fundamentadas principalmente en la conformación de la identidad que tenga el grupo social que las sostiene y las religiosas, cuyo fundamento se encuentra por fuera del mundo cognoscitivo y de la propia experiencia, surge de la revelación divina.
En términos generales, una creencia refiere a la certeza que un individuo tiene acerca de una determinada cuestión. Es el sentimiento de certeza sobre el significado de algo. Es una afirmación personal que consideramos verdadera. Es también aquello en lo cual se cree fervientemente.
Las creencias, que en muchos casos son subconscientes, afectan a la percepción que tenemos de nosotros mismos, de los demás, y de las cosas y situaciones que nos rodean.
Muchas personas tienden a pensar que sus creencias son universalmente ciertas y esperan que los demás la compartan. No se dan cuenta que el sistema de creencias y valores es algo exclusivamente personal y en muchos casos muy diferente del de los demás.
Nosotros no vivimos la realidad en sí, sino una elaboración mental de la misma. Lo que hace que la vida sea un constante manantial de esperanzas y ricas alternativas, o una inevitable fuente de sufrimiento, es producto de nuestro modo de entender y entendernos en el mundo.
Lo que vivimos tal como lo vivimos, depende más de la representación y elaboración de nuestro mapa mental, que del territorio real en sí. Es fácil entender que el mapa no es el territorio.
A través de nuestro sistema de creencias y valores damos significado y coherencia a nuestro modelo del mundo, al que estamos profundamente vinculados. Cuestionar una de nuestras creencias puede desestabilizar todo el sistema, al afectar a aquellas otras que se derivan o están relacionadas con ella. Esta es la razón por la que somos muy reacios, en muchas ocasiones, a modificar alguna de nuestras creencias.
Las creencias se forman a partir de ideas que confirmamos o creemos confirmar a través de nuestra experiencia personal. Cuando una creencia se instala en nosotros de forma sólida y consistente, nuestra mente elimina o no tiene en cuenta las experiencias que no encajan con ella.
Las creencias son fuerzas muy poderosas dentro de nuestra conducta. Se sabe con certeza que si alguien realmente cree que puede hacer algo, lo hará, y si cree que no es posible hacerlo, ningún esfuerzo, por grande que éste sea logrará convencerlo de que se puede realizar.
Hay una película maravillosa que refleja cómo a veces tenemos que perder las referencias externas, para así suprimir las limitaciones auto impuestas, para alcanzar otros rendimientos, son nuestras creencias las que nos limitan. La película se titula en inglés: "Facing the Giants" o en español "Enfrentando a los gigantes". Puedes poner en la barra del navegador de You Tube "Facing the Giants - Enfrentando a los gigantes" y podrás ver un pequeño fragmento de ella, vale la pena.
Todos tenemos creencias que nos sirven como recursos y también creencias que nos limitan. Nuestras creencias pueden moldear, influir o incluso determinar nuestro grado de inteligencia, nuestra salud, nuestra creatividad, la manera en que nos relacionamos e incluso nuestro grado de felicidad y de éxito.
Son ideas que en un momento determinado llegaron a nosotros y porque sí creímos, como el que cree que mañana sale el sol. Las creencias se han ido formando, ocupando un espacio, una energía, se han ido incorporando a nuestros conceptos más arraigados.
Vienen a partir de lo que nos han dicho, de lo que hemos vivido, son maneras que nosotros creemos tener y ser, y que vienen más de otras personas, educadores, padres, experiencias de nuestros padres, por los medios de comunicación o en el momento que nos ha sucedido algo muy fuerte y se ha producido una impregnación en nuestro consciente o en nuestro inconsciente. Creencias a veces escondidas en nuestro inconsciente, y que están teniendo una repercusión extraordinaria en nuestra vida, y es difícil acceder a ellas.
Para conseguir un pleno control de nuestra vida, debemos conocer cuáles son nuestras creencias esenciales, cambiar aquellas que nos están limitando y resolver los conflictos que pueden existir entre distintas creencias.
Cuando somos capaces de ver nuestras sombras y aceptar nuestras partes, somos capaces de poner luz a nuestro camino.
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