Ya mostré, en entradas anteriores, que las llamadas ilusiones ópticas son en realidad fallas cerebrales. "Investigando estas ilusiones, se puede comprender cuál es el mecanismo que el cerebro utiliza, pues estos pequeños trucos son capaces de confundir a nuestro cerebro, hacernos percibir la realidad de una manera distorsionada", decía Martínez Otero, en Ilusión y realidad.
Ahora referiré a cómo nuestras creencias pueden, y de hecho lo hacen, influir en nuestras expectativas acerca de la ocurrencia o no de un resultado, o que determinadas circunstancias ocurran. Serían fallos o errores de apreciación, que tienen que ver con que el pasado nos condiciona, al momento de decidir sobre algo.
Para comenzar cito un experimento realizado en 1949, por los psicólogos Jerome J Bruner y Leo Postman, sobre 28 estudiantes de Harvard, acerca de incongruencia de la percepción. Apuntaba fundamentalmente, a que los estímulos no actúan sobre el organismo de forma indiferente. La percepción se da, de una manera u otra, en un estado de esperanza sobre el medio ambiente.
El experimento se apoyaba en las barajas de póquer, por si no lo sabes, estas barajas tienen cuatro palos, los corazones y diamantes rojos, las picas y tréboles negros. El experimento consistía en mostrar cinco cartas diferentes, con algunas incongruentes, es decir, invirtiendo el color o la apariencia. Podía haber corazones negros o tréboles rojos (que no existen en el juego), o los fondos de una tonalidad ligeramente diferente al original.
A cada participante se le mostraba una serie de cinco cartas, previa secuencias establecidas, y se iba variando el tiempo de exposición, hasta que se producía el reconocimiento correcto, tres veces al menos. Para determinar los umbrales, el reconocimiento correcto se definía como dos respuestas consecutivas. En cada exposición, al sujeto se le pidió que informara todo lo que vio o creyó ver.
Quizás el hallazgo más central fue que, el umbral de reconocimiento de las cartas incongruentes del juego, fue significativamente mayor que el umbral para las cartas normales. Dicho de otro modo, mientras que las tarjetas normales, en promedio fueron reconocidas correctamente a los 28 milisegundos, las tarjetas incongruentes requirieron 114 milisegundos. La diferencia es estadísticamente muy significativa.
El diseño del experimento es tal, que puede probar la hipótesis de que, la experiencia es más un tema que tuvo que ver con la incongruencia en el pasado. Dicho de otro modo, cuando uno ha experimentado una incongruencia con la suficiente frecuencia, deja de violar lo esperado y por tanto deja de ser incongruente.
Si quieres experimentar mira el siguiente vídeo.
En síntesis: Los investigadores comprobaron que si se pasaban las cartas con suficiente rapidez, muy pocos sujetos percibían el engaño, y la mayoría deja pasar los errores más notables cuando se deja llevar por la inercia.
Estos días tuve la oportunidad de escuchar una charla del psicólogo Dan Gilbert, quien cree que, - en nuestra búsqueda ardiente, de toda la vida, de la felicidad -, la mayoría de nosotros tenemos el mapa equivocado. De la misma manera que las ilusiones ópticas engañan a nuestros ojos, y engañar a los ojos de todos en la misma forma, Gilbert sostiene que nuestro cerebro, de manera sistemática, malinterpreta lo que nos hará felices.
La premisa de su actual investigación - que nuestras ideas sobre lo que nos hará felices a menudo son erradas -, es compatible con la investigación clínica procedentes de la psicología y la neurociencia.
La charla gira en torno a que constantemente tomamos decisiones, queremos saber que es lo que debemos hacer, en entornos que van desde lo financiero a lo gastronómico, a lo profesional, a lo romántico. Y seguramente, si alguien pudiera decirnos cómo hacer exactamente lo correcto, en todas las ocasiones posibles, sería un tremendo regalo.
Según él, este regalo fue concedido al mundo en 1738, por un polifacético holandés llamado Daniel Bernoulli, y pasa a explicar qué significa ese regalo, y también, por qué no ha hecho la más mínima diferencia.
Según su apreciación, el regalo de Bernoulli, en una traducción sencilla y mucho menos precisa que la fórmula matemática, pero que recoge la esencia de lo que quiso decir sería: El valor esperado de cualquiera de nuestras acciones, es decir, lo positivo que esperamos obtener, es el producto de dos cosas: la probabilidad de que esta acción nos permita ganar algo, y el valor que esta ganancia tenga para nosotros. En esencia significa que: si podemos estimar y multiplicar estas dos cosas, siempre sabremos con exactitud cómo debemos comportarnos.
Por ejemplo, si te pido que tires una moneda al aire y te pago $ 10 si sale cara, pero tienes que pagar $ 4 para jugar conmigo, la mayoría aceptará porque saben que la probabilidad de ganar es la mitad (la moneda tiene dos lados), entonces, la ganancia de $ 10 multiplicada por la probabilidad (1/2) da $ 5, y eso es más que lo que cobro para jugar ($ 4), entonces la respuestas será sí.
Resulta sencillo cuando se trata de lanzar una moneda, pero no pasa lo mismo en la vida diaria. Hay dos tipos de errores que la gente comete al tratar de decidir qué es lo correcto, y estos son: errores en la estimación de las probabilidades que ellos van a superar la prueba, y errores estimando el valor de su propio éxito.
Los errores en la estimación de las probabilidades que ellos van a superar la prueba, explicaría porque tanta gente gasta dinero en apuestas. La razón es el error en la estimación de las probabilidades que ellos van a ganar. Para comprender esta idea pregunta: ¿cuál es la probabilidad de ver más perros o más cerdos con correas, observados en un día cualquiera, en tu ciudad ?.
Por supuesto la respuesta es "perros", y la manera en que sabemos que la respuesta es perro es que han revisado rápidamente las veces que recuerdan haber visto perros y cerdos con correa, y la razón es que se dicen: si más rápido vino "perro" a la mente, entonces los perros con correa son más probables.
Esta no es una mala "regla" excepto cuando sí lo es. Veamos otro ejemplo no tan burdo, si pregunto ¿Hay más palabras de cuatro letras, en castellano, con R en la tercera posición, o R en la primera posición ?
Buscamos en nuestras memorias y es muy fácil decirse: Ring, Ratón, Remar, Risa, ... y difícil decir: paRe, caRa, peRa, ... vienen más lentamente, pero de hecho hay muchas más palabras con una R en la tercera posición que en la primera.
La razón por la que las palabras con R en tercera posición vienen más lentas a la mente, no son porque son improbables, raras o infrecuentes, sino porque el cerebro recuerda las palabras por su primera letra. Es como un diccionario, es difícil buscar por la tercera letra.
Esto da idea como aquellas cosas que vienen más rápidamente a nuestra mente, como más probable, y cómo esta idea puede confundirnos. Y no sólo en juegos, lo mismo sucede si te preguntan cuantas personas mueren por tornado, fuegos artificiales, asmas, etcétera. Se hizo un experimento y al comparar las respuestas obtenidas con los datos reales, se observa un patrón interesante:
1.- los tornados y fuegos artificiales fueron sobre estimados, mientras que
2.-fueron enormemente subestimadas morir ahogado y morir de asmas.
¿ Por qué pasa esto ?, porque hay noticias que no resultan interesantes, porque son muy comunes, pero sí vemos con frecuencia ciudades arrasadas por tornados, o niños que se vuelan las manos celebrando en las fiestas. La muerte por ahogo y asmas no reciben mucha atención mediática, no nos vienen tan pronto a la cabeza y por eso las subestimamos.
Los economistas se refieren a la lotería como un impuesto a la estupidez, porque la probabilidad de obtener alguna ganancia, invirtiendo en un billete de lotería, es aproximadamente equivalente a tirar el dinero por el inodoro, ¿ por qué ? La primera respuesta que daríamos es: "vemos muchos ganadores por televisión, lo leemos en los periódicos, ..." ¿ cuándo vieron entrevistar a perdedores ?, y la respuesta a esta pregunta es más simple todavía, porque no habría espacio televisivo o impreso, para mostrarlas, por el enorme número de entrevista con que contaríamos.
Hay otro aspecto a considerar aquí, supongamos que hay diez billetes de lotería de $ 1 cada uno, y el premio para el ganador es $ 20. Jugarías porque la probabilidad es alta (1/10.$ 20 = $ 2). Ahora bien, un señor llamado Pedro, compra nueve de esos 10 y a ti te queda para comprar el restante, ¿ comprarías el billete ? seguramente no, aunque la probabilidad sigue siendo la misma, imaginas que Pedro va a ganar.
El hecho de que Pedro comprara tantos billetes cambia tu decisión de jugar, a pesar de que no afecta para nada las probabilidades del juego mismo.
Veamos otra situación, te ofrecen una comida por $ 25 y consideras que un precio razonable sería mucho menor, por ejemplo $ 3, de seguro no la comprarás. Al valorar el adquirir algo pasa por preguntarnos ¿ qué otra cosa puedo hacer con $ 25 ?. Si estas en un viaje, que durará varias horas, y alguien detrás tuyo toma una comida por $ 25 y el aroma llega hasta ti, que estas sentado delante, seguramente te dirás - no puedo hacer nada más con estos $ 25 en las horas de viaje que me faltan -. De pronto pagar $ 25, por esa comida, puede ser una buena idea.
Podemos apreciar entonces que el contexto nos lleva a determinadas elecciones. Compramos con el precio que estamos acostumbrados a pagar, en lugar de preguntarnos ¿ qué más puedo hacer con mi dinero, comparando esta inversión con otra inversión posible ?, la compramos con el pasado, y este es el error sistemático, que la gente comete. Lo que sabías era que pagaste $ 3 en el pasado, $ 25 sería una locura. Esto es un error, esta tendencia de comprar con el pasado hace que la gente pierda la mejor oferta.
Comprar con el pasado causa muchos de los problemas, que los economistas del comportamiento y los psicólogos identifican, en los intentos de la gente para asignar valor. Pero incluso cuando comparamos con lo posible, en vez del pasado, cometemos cierto tipo de errores.
Veamos uno o dos de ellos. Cuando comparamos una cosa con otra, cambia el valor, la comparación cambia la forma en que lo evaluamos, y esto lo puedes ver en los comercios. Con este conocimiento "te ayudan a evitar la excesiva carga de tener dinero".
Si tuvieras en exhibición vinos de $ 8, $ 27 y $ 33, la mayoría no elige el más caro, pero tampoco el menos caro. Así que optamos por el rango medio. Si eres un vendedor inteligente pondrías un artículo muy caro, por ejemplo, otro vino, junto a los anteriores, pero de $ 51, que nadie "nunca" compraría, porque de repente, el vino de $ 33 ya no parece tan caro, en comparación con éste de $ 51.
Al comparar estamos tratando de estimar qué tanto nos gustarían las cosas, y no son las mismas comparaciones que haremos cuando la estemos consumiendo. Lo que ahorran, suelen compararlo con la compra que están haciendo, pero cuando van a gastar ese dinero, no harán la comparación.
Se podría seguir hablando sobre la incapacidad de la gente para estimar probabilidades y valor, entonces cave preguntarse ¿ por qué el hombre fue capaz de ir a la Luna si es tan estúpido?. La respuesta a esta pregunta es: Nuestros cerebros evolucionaron para un mundo muy diferente a éste en el que vivimos.
Evolucionaron para un mundo en el que la gente viviría en grupos muy pequeños, difícilmente conocerían a alguien sumamente diferente a ellos, tendrían vidas particularmente cortas, en las que habrían muy pocas opciones, y la prioridad más importante sería, comer y procrear hoy.
El regalo de Bernoulli nos dice cómo deberíamos de pensar, en un mundo para el cual la naturaleza nunca nos diseño. Eso explica porque somos tan malos al usarlo, pero también, porque es tan enormemente importante que nos volvamos buenos, rápidamente.
Somos la única especie en el planeta que ha tenido en sus propias manos su supervivencia. La única cosa que puede destruirnos y condenarnos son nuestras propias decisiones. Si no estamos aquí en 10.000 años es porque hemos subestimado las probabilidades de nuestros dolores futuros y sobre-estimamos el valor de nuestros placeres actuales.
Esta es una síntesis de la charla de Dan Gilbert, donde habla sobre nuestras expectativas equivocadas, puedes verla en TED Te recuerdo que, tienes que escoger el idioma, en la pestaña que esta debajo de la pantalla, a la izquierda (Subtitles Available in).
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