Decía en la entrada anterior que el Ahora es la única realidad, todo lo demás es memoria o imaginación. El pasado no existe como pasado, sino como recuerdo en el momento presente, al igual que el futuro no existe como futuro, existe como imaginación en el momento presente. Todo lo que existe, existe en el ahora. Ahora es el único tiempo que hay.
Hay muchos modos de conectarnos con el aquí y ahora: meditando, haciendo manualidades o artesanías, ejercitando el cuerpo, como caminar ... todas estas actividades hacen que nos concentremos al 100 % en algo, hacen que mente y cuerpo estén juntos en el aquí y ahora.
Ya mencioné mi gusto por las artesanías en madera, otro modo de desbaratar el circo de pensamientos y sentimientos para mi, es salir a caminar por un parque rivereño. La entrada al parque se encuentra a veinte cuadras de mi casa, y esta demarcado hasta los 2.000 metros, con carteles indicativos cada 100 metros de recorrido. La traza del camino continúa, de modo que puedes hacer un recorrido mayor, pero casi todos lo hacen hasta esa distancia.
Para llegar al parque decía, tengo que caminar unos 2.000 metros. Primero cuatro cuadras por una zona céntrica de la ciudad, hasta alcanzar la barranca, la bajo por una escalera de cemento, que desemboca en un área de clubes y recreación, para luego acceder a un área parquizada, con caminos peatonales, entre arboledas, bancos y pérgolas, de unas diez cuadras de largo, y por fin llego a la entrada del parque, cuya traza esta definida por una calle de tierra, que a un lado se construyó un balneario municipal, de unos 500 metros de largo, continuando luego con bañados, y por el otro lado corre la costa del río Paraná.
Hice este vídeo para mostrarte a través de fotografías, el recorrido del Parque Rafaél de Aguiar, así se llama.
Existe una rica y variada vegetación, casi siempre corre una brisa suave y el ambiente se inunda del canto de pájaros y aves que anidan a orillas de los bañados y lagunas. Puedes ver patos, gallaretas, garzas, ... y casi siempre encuentras pescadores desperdigados en todo el recorrido.
Cuando llego a la entrada del Parque, o sea, cuando he recorrido unos 2.000 metros ya mis pensamientos comienzan a centrarse en el ambiente que me rodea, jóvenes charlando, familias disfrutando del sol, niños correteando, personas pescando, o tomando mate, o deslizándose sobre sus rollers, o caminando igual que yo. Las preocupaciones y los problemas desaparecen en esa hora y media que demanda caminar los ocho kilómetros del recorrido.
Los médicos recomiendan caminar por el ejercicio físico, yo lo sugiero fundamentalmente para aquietar la mente, el cerebro se oxigena, se llena de los sonidos de la naturaleza, de las fragancias propias del lugar, de imágenes como el agua siguiendo el curso del río, o de las aves, que en determinadas épocas del año, pueblan las lagunas y los bañados.
El siguiente vídeo lo hice en vivo, mientras caminaba por el parque. La toma la realicé por la mañana, para mi la mejor hora, el aire es más puro. Podrás apreciar a través de él lo dicho en el párrafo anterior.
Lo bueno de esta práctica es que puedo hacerla cuando dispongo de tiempo, me mantiene activa y alerta, y además, como lo sintetizó muy bien una amiga que encontré caminando igual que yo, - no imaginé que podría gustarle ese lugar, (cosas que a uno se le ocurren) -, al cruzarnos, y sorprendida de verla, le pregunto ¿ que haces por aquí ? y ella muy ingeniosa me respondió - Vengo a dejar los pajaritos -, sencillamente original, literalmente cierto, ciento por ciento.
Bueno quería compartir esta vivencia para animarte a conectarte con el aquí y ahora, es lo único que tenemos, es primordial para la salud y nos hace sentir más plenos.
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