La risoterapia o geloterapia (del griego gelos = reír) es una terapia con base en la risa. La risa se esta convirtiendo en un elemento importante en las terapias que se aplican en los hospitales infantiles y geriátricos.
En la risoterapia se ayuda a la persona a autoprovocarse la risa, no es en absoluto una risa falsa o fingida, es una técnica que actúa como cualquier ejercitación física, se practica buscando un resultado, y lo más maravilloso es que ese resultado se obtiene fisiológicamente, mentalmente, emocionalmente y espiritualmente.
La glándula pituitaria (o hipófisis) no reconoce si el gesto o la actitud que motivó el impulso nervioso o estímulo eléctrico, es forzado o verdadero. De esta forma, fácil es imaginar que una corriente, una vez que ha circulado por un sendero, debe recorrerlo más fácilmente en las próximas veces. En otras palabras, se obtienen las mismas respuestas fisiológicas - en este caso la liberación de endorfinas - ante la sonrisa y la risa forzada que ante la verdadera y este es el fundamento de la risoterapia en general.
La risa forzada se convierte en risa estimulada. Cuál es la diferencia entre finjir y forzar, pues ambas actitudes parten del esfuerzo muscular de realizar el gesto de la sonrisa, pero, en la primera es un gesto del rostro "para afuera", mostrar algo que no se siente. Forzando, en cambio, es un gesto del rostro "para adentro", tratar de sentir lo que se está mostrando.
Es un ejercicio, la práctica de una técnica, que tiene tres etapas:
1.- Al principio, todo nos resulta muy artificial y efectivamente lo es. Pero lo bueno es que no tiene contra indicaciones.
2.- En la segunda etapa - cuando persistimos en la técnica - nos sentimos realmente ... ridículos !, ¿ Sonreír o reír sin ningún motivo verdadero ? Por supuesto que sí.
3.- En una tercera etapa, con un cierto tiempo de práctica, comienza a formarse el hábito, y notamos que la sonrisa y la risa aparecen cada vez más naturalmente. Esto se debe a la naturaleza esencial de los hábitos, que permite reproducir un efecto con menor esfuerzo que al principio.
Es necesario recuperar el hábito de sonreír y de reír; y se logra comenzando por FORZAR la actitud o el gesto y se mantiene con la VIGILANCIA sobre uno mismo. Veamos el siguiente vídeo donde un especialista en risoterapia, Enrique Aguilar, responde algunas preguntas formuladas por el periodista:
Alrededor del año 1970, Hunter "Patch" Adams revolucionó a sus maestros y compañeros de estudio con la propuesta de un nuevo y poderoso medicamento: la alegría. En un tiempo en que los enfermos eran vistos como "enfermedades a curar", Patch Adams habló del poder de una sonrisa, de que la labor del médico no era sólo curar enfermos, sino que también hacer que las personas pudieran tener una mejor calidad de vida, aún cuando estuvieran enfermas. Observó que los pacientes felices tenían mejores herramientas para luchar contra las enfermedades y trabajó duramente para que los hospitales fueran lugares más acogedores.
Reírse es natural, de hecho los niños están mucho más dispuestos a reírse que los adultos. Una sonrisa vale mucho para el que la recibe y a uno no le cuesta nada. Definitivamente es de sabios tomarse la vida con buen humor.
El empleo de la risa y del buen humor como terapia consiste en la presentación de situaciones que desencadenan la risa o la sonrisa o la carcajada en el que la practica, bien sea un paciente hospitalizado, o una persona con algún padecimiento o pacientes convalecientes o simplemente personas sanas que deseen experimentar bienestar; el empleo de esas situaciones graciosas debe ser sistemático y organizado de manera tal que pueda adquirir el carácter de terapia.
La risa incluso tiene su propio lugar físico en el cerebro, que se encuentra en el córtex prefrontal, la zona más humana del cerebro ya que no la desarrollan otros animales. Según los expertos en ella reside la creatividad, la capacidad para pensar en el futuro y la moral. De ahí que seamos los únicos seres con capacidad de reírnos, no de alegrarse, que es muy diferente. Pero lo interesante de la risa es que se ha comprobado que los enfermos de sida o de cáncer tienen una mayor resistencia mientras mejor es su estado anímico.
La risa franca estimula casi todos los órganos, sobre todo si se tiene en cuenta el incremento de la circulación que sigue al masaje vibratorio producido por los espasmos del diafragma. Gracias a ello los órganos funcionan mejor y su resistencia a las enfermedades es mayor.
Por todo lo dicho vamos a ejercitarnos en la risa, aquí con dos cuentitos cortos, a ver si surge una sonrisa o te provoca risa.
Primer cuento: Una señora, en la consulta con su psicoterapeuta, mantiene el siguiente diálogo.
Doctor: Señora, en la próxima consulta será importante que analicemos el Inconciente.
Señora: Doctor, va a ser difícil que el desgraciado de mi marido quiera venir conmigo.
Segundo cuento: También en la consulta con un psicoterapeuta se da el siguiente diálogo.
- Doctor, doctor, mi hermano se cree que es una lamparita (bombilla)
- Aha, y ¿ por qué no lo trajo a la consulta ?
- Que quiere, que me quede sin luz en casa !!!!
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