jueves, 22 de julio de 2010

Un trabajo singular

Las historias que narran momentos en la vida de las personas me gusta compartir con otros, algunas por singulares, otras por el riesgo que encierran, otras simplemente por divertidas.

Creo que compartir vivencias, propias o ajenas, puede ser útil, para apuntalar en momentos de bajada, para reafirmar en momentos de subida y simplemente pasarla bien en otras ocasiones.

Hoy quiero compartir los aspectos de un trabajo que entraña riesgo y al mismo tiempo es singular, y que nunca se me había ocurrido que existiera, aunque el sentido común dice lo contrario y la conocí gracias a Antonio Martínez Ron, periodista, que tiene un sitio donde expone estas cosas poco comunes.


Comienza uno de sus artículos diciendo: « Algunas criaturas de este mundo pertenecen, sin saberlo al plano de la ciencia ficción. El protagonista de este sueño, vuela sobre las líneas eléctricas y se posa sobre ellas " como un pájaro en los cables de la luz". Una vez sobre el objetivo, el hombre eléctrico extrae una vara mágica con la que descarga de electricidad el helicóptero y genera un campo protector. Así, en el interior de una gigantesca jaula de Faraday, tanto él como el helicóptero pasan a formar parte de ese millón de voltios que circulan hacia el sur. Abajo, una oveja levanta la vista: hay un río de hombres que avanza por los cables de la luz

Prosiguiendo el tema en otro artículo que te invito a leer en Fogonazos donde ilustra, con fotos y vídeos este singular trabajo, enriquecido con detalles de la actividad en sí y una entrevista a uno de los protagonistas.

A modo de introducción te invito a ver este vídeo, vale la pena.


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