miércoles, 7 de julio de 2010

MUNDIAL DE FUTBOL

Nobleza obliga, como se dice por aquí, relataba días atrás sobre la expectativa y luego el desborde de alegría que se producía cada vez que jugaba la Selección de fútbol, y ahora, luego de la derrota contundente por 4 a 0 que Alemania consiguió sobre Argentina, no puedo menos que escribir unas líneas sobre el particular.

Soy observadora de los hechos colectivos y por eso sentí necesidad de escribir sobre lo que pasaba durante e inmediatamente después de los partidos que jugaba la selección de fútbol, que a diferencia de otros mundiales éste se dio en un clima mayoritariamente de fiesta y apoyo al plantel.

Ante la reacción generalizada de aceptación aunque con un grado de tristeza por la derrota pensé - nos encuentra más maduros - aunque inmediatamente se me ocurrió ... mayoritariamente la población esta agobiada por múltiples problemas, la inseguridad, la inflación, la corrupción, y un largo etcétera.

Sin embargo, veo como un síntoma de crecimiento social el celebrar a lo grande si nuestros deportistas ganan, pero esta vez siento que igualmente se tubo el tino para valorar al otro. Digo esto porque el argentino medio, según mi visión, siempre tiene un justificativo cuando la cosa no se da, que el árbitro, que la pelota, que el arquero, que el director técnico, ... en el fútbol es más fácil verlo pero en otras áreas se parece bastante.

En esta oportunidad fue bueno ver que las señales de televisión no se llenaron de debates estériles sobre lo ocurrido, salvo en los canales deportivos donde sí tiene sentido encontrar los elementos que desembocaron en el resultado final, los aciertos, los desajustes, ... y aquí cave mi opinión: - siempre fallamos en lo mismo, como individualidades podemos alcanzar la excelencia pero para actuar como equipo GUAUUU cuanto nos cuesta. -

En un torneo podes ganar o perder, y hoy con el fútbol, pasión de multitudes, como se suele decir, también podemos disfrutar y compartir con familia y amigos, sin fanatismos extremos que lo único que consigue es aburrir a los que no comparten el gusto por ese deporte y facilitar una violencia sin sentido que ha ganado las canchas.


Para terminar la imagen de Tévez ... porque me gusta, o sea porque sí.


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